¿En la enseñanza de ELE todo vale? ¿Incluso si es mediante
las TIC?
Hoy en día la corriente predominante en el aprendizaje de
segundas lenguas nos propone enseñar a nuestros alumnos a utilizar la lengua de
forma real, en contextos reales y para usarla de verdad.
Cierto es que ya no es suficiente con saber escribir un
texto formal como en antaño se hacía (20 años atrás), ni tampoco es
imprescindible escribir las frases correctamente desde el punto de vista gramatical,
sino que todo lo contrario, hoy en día y gracias a la tecnología, esto ya no es
ni tan fácil o difícil (depende de cómo se mire) después del gran boom de
Internet y las redes sociales, ahora la oralidad y la escritura se han mezclado
de tal forma que podemos encontrarnos textos de cualquier índole.
Pero no solo de redes sociales vive la gente ahora, la páginas webs especializadas nos permiten reservar una habitación de hotel, alquilar un coche para recorrer nuestro destino turístico, buscar a gente para compartir piso, asistir a eventos y muchas otras gestiones que consideramos cotidianas hacerlas por Internet.
En relación a las clases de español como lengua
extranjera (ELE) y con la necesidad de mostrar a nuestros alumnos, el uso real de
la lengua, se puede extraer una pregunta ¿está bien usar los servicios de los
distintos portales y páginas web de Internet con el único fin de llevar a cabo
acciones reales? En otras palabras, ¿está bien que como profesores propongamos
a nuestros alumnos reservar una habitación de hotel en una página web en español,
para que practiquen y que luego cancelen la reserva? O contactar con alguien
para compartir viaje y luego decirle que no.
De este ejemplo en una clase de ELE podríamos practicar
todo el proceso necesario para contactar con esa persona (crear un perfil,
rellenar los campos obligatorios si se precisan, buscar la oferta que más nos
guste, contactar con la persona, mandar uno o varios mensajes a esa persona
atendiendo a la demanda, concretar que quieren ambas partes y luego pedir
disculpas, inventarnos una excusa y no llevar a cabo lo que habíamos
concretado) todo este recorrido es inmensamente rico en aprendizaje y práctica
para un alumno de ELE con el añadido de que es totalmente real. En un caso real
a cualquier persona le puede pasar que tenga que anular una reserva de hotel
por alguna causa, pero está justificado porque tiene también una necesidad real
de hacer el cambio, al contrario que nuestros alumnos.
Desde mi punto de vista si no nos importa el tiempo,
ganas, energía que puedan gastar nuestros interlocutores (si se tratan de
personas y no de programas informatizados) y posibles consecuencias que puedan
tener para estas personas o negocios, puede ser una práctica muy enriquecedora
para el alumno, PERO hay un gran pero, y es si está bien dedicarse a “engañar”
sistemáticamente aunque sea de forma momentánea a la gente o empresas para
sacar un provecho para nuestros alumnos.
Por otro lado se puede relativizar e intentar encontrar
el punto medio e intentar hacer estas prácticas con grandes empresas que tengan
todo el proceso informatizado y retirarse con un cierto tiempo para que no haya
consecuencias negativas para nuestros alumnos (normalmente cuando se reserva
una habitación de hotel a veces piden identificación personal o incluso un
número de tarjeta).
En conclusión este aspecto del campo de la enseñanza de lenguas extranjeras en relación con la práctica enfocada en la mejora de las destrezas sobre la comunicación y el uso de la lengua a través de los diferentes servicios que nos ofrece Internet, aún puede no tener una frontera clara que separe lo que “está bien” de lo que “está mal”.
Imagen 1: University of Salford Press Office
Imagen 2: http://fav.me/d39mvg7
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