Hola a todos/as:
Me gustaría proponer un debate que podemos llamar deóntico, aunque tal vez el término le venga grande al tema.
La cuestión es que en nuestro día a día como profesores nos encontramos con situaciones cómicas o muy cómicas, la mayoría de éstas vienen dadas por errores en la producción de los estudiantes. En estos momentos el profesor tiene que optar por permanecer serio o dejarse llevar por lo gracioso y reirse.
¿Qué es más correcto?, ¿qué pros y qué contras puede tener demostrar que su error es motivo de risa?.
En mi opinión el profesor debe actuar naturalmente pero con cuidado de no herir el orgullo del estudiante, para esto, debe conocer el caracter del mismo ya que, lo que unos toleran otros lo ven como una falta de respeto.
Por otro lado, este tipo de errores son los que debemos corregir lo antes posible pues si a nosotros nos provocan una sonrisa, otro interlocutor nativo puede hacerles sentir muy mal.
Otro aspecto positivo de reirse con ellos es que con esta actitud podemos cambiar su relación con los errores. Si ven que su expresión en la L2 provoca momentos graciosos y están preparados para ello porque se han familiarizado con esa sensación en la clase, en las situaciones reales no tendrán tanta vergüenza. Incluso verán el error como algo propio de la adquisición de una segunda lengua.
En definitiva creo que reirse con ellos es mejor que disimulary hacernos los serios. Además nos hace nuestro trabajo más humano, pues humano es divertirse.
Un saludo.
Me gustaría proponer un debate que podemos llamar deóntico, aunque tal vez el término le venga grande al tema.
La cuestión es que en nuestro día a día como profesores nos encontramos con situaciones cómicas o muy cómicas, la mayoría de éstas vienen dadas por errores en la producción de los estudiantes. En estos momentos el profesor tiene que optar por permanecer serio o dejarse llevar por lo gracioso y reirse.
¿Qué es más correcto?, ¿qué pros y qué contras puede tener demostrar que su error es motivo de risa?.
En mi opinión el profesor debe actuar naturalmente pero con cuidado de no herir el orgullo del estudiante, para esto, debe conocer el caracter del mismo ya que, lo que unos toleran otros lo ven como una falta de respeto.
Por otro lado, este tipo de errores son los que debemos corregir lo antes posible pues si a nosotros nos provocan una sonrisa, otro interlocutor nativo puede hacerles sentir muy mal.
Otro aspecto positivo de reirse con ellos es que con esta actitud podemos cambiar su relación con los errores. Si ven que su expresión en la L2 provoca momentos graciosos y están preparados para ello porque se han familiarizado con esa sensación en la clase, en las situaciones reales no tendrán tanta vergüenza. Incluso verán el error como algo propio de la adquisición de una segunda lengua.
En definitiva creo que reirse con ellos es mejor que disimulary hacernos los serios. Además nos hace nuestro trabajo más humano, pues humano es divertirse.
Un saludo.
Hola, soy una estudiante japonesa de la asignatura de Joan-tomás Pujolá, TIC en la UB. He leido tu artículo y queiro dejar un comentario. Estoy de acuerdo con lo de reírnos con los alumnos. Pienso que un elemento que afecta a los alumnos en el aula es la personalidad del profesor. Ante la relación profesor-alumno, existe una relación humana. Si los profesores no actúan de forma “natural” se nota, y los alumnos se sienten incomodos. También pienso que un ambiente agradable les deja cometer errores sin pasar vergüenza. Siempre la “risa” nos relaja mucho.
ResponderEliminarUn saludo
Kaori
Muchas gracias Kaori, me alegra que pienses lo mismo que yo dado que tú procedes de una sociedad en la que los errores, por lo general y según los estereotipos, se ven como algo negativo que no gusta. Esta circunstancia me hace pensar más firmemente que se aprende mejor si utilizamos el sentido del humor como una herramienta más.
ResponderEliminarUn saludo