Chatear en el aula de ELE. Una cuestión de creencias.
Cuando discutimos sobre la integración del chat en la enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera, más allá de la valoración sobre el potencial de su uso, una parte importante de lo que en realidad estamos defendiendo es nuestro propio conjunto de creencias como docentes. Sujetos a una profunda interiorización de los roles tradicionales, la primera reticencia aparece ante el uso en el aula de un medio sobre el que no poseemos el control, no tanto técnico, sino en cuanto al grado de libertad que ofrece al alumno en el desarrollo de su uso. Esta primera reticencia aparece ligada a otra más vinculada a aspectos de carácter formal: la creencia de que la falta de una corrección ortografía y estilística en las producciones de nuestros alumnos mediante el uso del chat contribuirá a un deterioro o empobrecimiento de su competencia comunicativa, por lo que no se considera recomendable como recurso didáctico. En primer lugar, debemos ser concientes de que despreciar la utilización de esta herramienta en el aula significa ignorar en nuestras clases la nueva realidad lingüística que este medio supone. En un género nuevo como es el chat, con unas características específicas y determinadas que le son propias, y sobre las que no vamos a profundizar aquí, quizás la ortografía y el estilo resulten los aspectos que menos deban preocuparnos justamente porque resultaría contradictorio con la naturaleza del propio género. En este sentido, JUAN, O. destaca que “el análisis que habrá que hacer del producto del chat no será un análisis literal ni ortográfico, sino pragmático, es decir, teniendo en cuenta el uso de la lengua en el contexto, del que se derivan los procesos de inferencia propios de la lengua oral”. Desde esta perspectiva, el interés por conocer las características de la lengua que se produce, fruto del uso de este medio, debe tener por objeto el diseño de actividades didácticas pensadas en el chat u otras herramientas que sean adecuadas al producto que podamos conseguir con él. Para analizar y experimentar el tipo de lengua usada en el chat y plantear propuestas para el aula, ver actividades que la misma autora propone en su artículo Actividades con el chat en clase de ELE: lenguaje usado colgado en EcLEcTIC.
¡Hola Gemma!
ResponderEliminarEs cierto que no integrar el uso de chats en nuestras clases sería obviar una realidad lingüística y social existente, privando, así, a nuestros alumnos de ser competentes en esa nueva esfera.
También hay que tener en cuenta el gran papel que desempeña el chat o el correo electrónico en el aprendizaje a distancia o en contextos no hispanohablantes donde quizás el único contacto que los estudiantes puedan entablar con nativos sea a través de estos dos medios.
Saludos srta. Ases!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que el principal "temor" que tienen los profesores para evitar el uso del chat en las aulas es el miedo a introducir un recurso sobre el que no se tiene un control total. Todo esto es muy curioso y sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta que los nuevas corrientes metodológicas mencionan la importancia de acercarse a la realidad de los aprendices dejándoles entrar en la negociación y en la toma de decisiones. Así que la pregunta que deberíamos hacerles a quienes siguen oponiéndose a la introducción de todos estos nuevos medios de comunicación tecnológicos es que se plantearan realmente si es un problema el hecho de que los alumnos utilicen con cierto grado de libertad un determinado recurso, en este caso Internet.
Por otro lado, el típico argumento apocalíptico de que tanto los chats (como el correo electónico y los SMS) "acabarán con la escritura", también me parece inútilmente alarmante. En el aula hay tiempo para todo, y crear textos con una ortografía perfecta en la comunicación vía chat y vía SMS no tiene sentido, ya que el objetivo principal es la rapidez, y, en el caso de los SMS, el ahorro máximo de caracteres (así que las abreviaturas, ni que sea por un argumento meramente ahorrativo, ya tienen todo su sentido de ser). Un nuevo medio de comunicación, ha creado un nuevo tipo de lenguaje; y no pasa nada, ya habrá tiempo en el aula de trabajar textos formales escritos o de cualquier otro tipo de género, con atención más específica a la ortografía.
Estimada profesora ;)
ResponderEliminarPara mi, el concebir el chat como un arma poderosa que está aniquilando la escritura es una creencia demasiada fatalista a la que se le puede dar la vuelta. Al introducir el chat en el aula, se tiene que explicar a los alumnos cúales son sus características, y presentárselo como un género discursivo diferente en el que no se aplican las mismas reglas que en otro texto como una carta formal, etc. Además, como lo dice Mari, el chat permite el contacto con nativos cuando no estás en el país donde se habla esta L2, entonces ¿por qué no enseñar a los alumnos sus códigos?
¡Hola Gemma!
ResponderEliminarMe ha parecido muy interesante tu entrada y estoy de acuerdo, tanto contigo como con Mari y Paco, en que se trata de un género que, quizá, no ha sido tenido suficientemente en consideración en la enseñanza de lenguas extranjeras, lo cual debería cambiar, dada su enorme presencia en el ámbito social actual.
Además, me gustaría añadir que el chat es una herramienta que permite al estudiante conocer y entrar en contacto con un lenguaje con rasgos claramente de la oralidad, pero plasmados en un soporte escrito, por lo que el aprendiz puede disponer, al mismo tiempo, de las ventajas que ofrece dicho discurso escrito, tales como el tiempo para reflexionar sobre la propia producción y la de su interlocutor, o la ausencia de presión que ejerce la expresión oral espontánea.
Por eso, creo que el tipo de lenguaje que acompaña a este medio de comunicación debería ser enseñado en el aula, ya que como tal medio puede ser usado para romper las barreras al discurso oral y a la participación en él, puesto que puede constituir un elemento de apoyo para superar miedos ante la excesiva inmediatez que impone la expresión oral espontánea.