11 de febrero de 2015
Seguramente hay muchísimas tuiter-novelas, pero yo no había leído ninguna. Esta, del colombiano Héctor Abad Faciolince, me ha servido de inspiración para desarrollar la escritura colaborativa. A continuación comento la noveleta y doy ideas para la clase.
La pantalla muestra los tres primeros tuits de Abad. Un tuit es como un SMS, pero en Internet, y tiene como máximo 140 caracteres. Los usuarios pueden suscribirse a los tuits de otros usuarios, o “seguirlos”. Yo, por ejemplo, soy “seguidora” de Abad porque me encantan sus artículos sobre el idioma. La lectura en Twitter se hace de abajo arriba y en cada párrafo aparece la foto del autor:
Abad se encontró un día con que había escrito tantos tuits como para haber completado ya una novela corta. “Si en vez de haber estado perdiendo el tiempo en tonterías de Twitter hubiera escrito una frase de 140 caracteres cada día, ya hoy tendría una noveleta de 70 páginas”, se dijo. Y así fue como se dio a la tarea de escribir Los mil trinos y un trino. Noveleta por tuits.
1.001
tuits ÷ 365
días del año = 2,7 años
La noveleta lleva vínculos a vídeos, fotos y demás. Observemos esta foto y el tuit que la acompaña:
Y analicemos algunos comentarios de seguidores:
Ellos escriben...
- para informar sobre lo que han encontrado. (Fermera)
- para hablar de la lectura en Twiter. (Andrés)
- para decir dónde van. (Kepler)
- para mencionar las ventajas de Twiter. (Engo)
- para inventar ellos la historia (Willmar – Abad incorporó en su noveleta algunos tuits de sus seguidores, pero, en principio, él la escribió solo).
La idea se puede llevar a la clase para
escribir una novelita entre todos pero hay que pensar en cómo evitar que la
historia se convierta en un cuento disparatado. Para escribir a varias manos tendríamos que definir
muy bien...
- si cerramos el grupo al salón de clase o lo dejamos abierto a contribuciones externas.
- si existe una idea previa de la historia, o si se va creando con cada tuit.
- si definimos de antemano cuántos tuits serán, y cuántos para la introducción, la trama y el desenlace.
- si cada estudiante se encarga de un tuit, o si se acepta el del primero que escriba, si se vota el mejor, si se escriben varias historias simultáneamente...
- si se crean etiquetas para dirigir la escritura. Por ejemplo: Lunes: Descripción del protagonista. Martes: Comentarios sobre sus sentimientos. Miércoles: Comienza la acción...
Desde mi punto de vista, cada estudiante debería ser responsable de escribir la novela de manera individual una semana (un
tuit diario), y habiendo acordado de antemano entre todos el tema y todos los detalles.
Los compañeros comentarían o corregirían lo escrito esa semana, pero la
historia estaría dirigida por ese estudiante. La siguiente semana llevaría la
batuta otro estudiante, y así sucesivamente. Al final, en clase, se haría una
puesta en común de la experiencia y se corregiría lo que fuera necesario.
Todo esto, claro está, sin sacrificar el juego, que
es fundamental para el ejercicio. Abad en su noveleta jugó con el azar generando curiosidad en el lector, como nos muestran estos tres tuits:
“...Ramón Múnera
abrió el directorio telefónico y /// encontró su nombre. Así se llamaría, Ramón
Múnera. Tiró un dado: salió 5. Volvió a tirarlo: salió 4. Esos años tendría,
cincuenta y cuatro. /// Llamó a su mejor
amigo y le pidió que le dijera un número del 1 al 10; si decía 3 sería homosexual;
heterosexual si le decia cualquier otro...”.
¿Queremos que la historia avance gracias al
azar, a la fantasía o a la voluntad? ¿Qué nos conviene más para la clase? ¿Y qué aprenderán
nuestros estudiantes de todo esto? ¡Los animo a comentar mi nota y a aportar respuestas
a estas preguntas!
Para los que quieran leer sobre el tema:
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