Está claro que las posibilidades que ofrecen las TIC en el aula son tremendas. Sin embargo, quizá lo más relevante sea que su integración en nuestra práctica diaria como profesores puede conducirnos a una verdadera transformación. Valoro ante todo de las TIC los nuevos cauces de comunicación que abren para nuestro alumnado y para nosotros mismos. Y este potencial de comunicación no puede quedar reducido a trabajar simplemente ejercicios gramaticales o de vocabulario en el ordenador y mucho menos a una aplicación meramente conductista de las ALAO. Si nos quedamos en esta fase, estaremos desperdiciando lo más valioso.
Un uso significativo de las TIC en el aula exige un papel activo y protagonista de los aprendientes y unas nuevas formas de comunicación entre el profesor y los alumnos. Este tipo de enseñanza en la que la comunicación auténtica es el eje vertebrador no puede construirse de manera rígida, sino que por naturaleza debe ser flexible, incluso en la misma concepción que tenemos del espacio del aula.
El año pasado tuve la oportunidad de dirigirme a mis alumnos por correo electrónico y por el foro y descubrí nuevas facetas del alumnado, pero sobre todo comprendí que la mayoría respondía de una forma mucho más relajada cuando la comunicación entre el profesor y el alumno la alejábamos de los límites mentales que impone el espacio escolar. Por primera vez eran ellos los que me apremiaban y los que demandaban más.
Creo que el potencial comunicativo que aportan las TIC al aula puede ayudarnos a construir un nuevo modelo de enseñanza. No son una simple herramienta, sino pueden constituir un instrumento de transformación de la enseñanza fundamentalmente por el protagonismo que adquiere la comunicación.
Un uso significativo de las TIC en el aula exige un papel activo y protagonista de los aprendientes y unas nuevas formas de comunicación entre el profesor y los alumnos. Este tipo de enseñanza en la que la comunicación auténtica es el eje vertebrador no puede construirse de manera rígida, sino que por naturaleza debe ser flexible, incluso en la misma concepción que tenemos del espacio del aula.
El año pasado tuve la oportunidad de dirigirme a mis alumnos por correo electrónico y por el foro y descubrí nuevas facetas del alumnado, pero sobre todo comprendí que la mayoría respondía de una forma mucho más relajada cuando la comunicación entre el profesor y el alumno la alejábamos de los límites mentales que impone el espacio escolar. Por primera vez eran ellos los que me apremiaban y los que demandaban más.
Creo que el potencial comunicativo que aportan las TIC al aula puede ayudarnos a construir un nuevo modelo de enseñanza. No son una simple herramienta, sino pueden constituir un instrumento de transformación de la enseñanza fundamentalmente por el protagonismo que adquiere la comunicación.
Concuerdo totalmente en lo ventajoso de la interacción entre profesor/a-alumno mediante el correo electrónico y los foros. Yo añadiría que también deberíamos crear interacción entre los propios estudiantes y que, para ello, disponemos de otras dos TIC: la videoconferencia y el chat. En mi artículo del blog de 14 de diciembre explico cómo deberíamos plantear dicha interacción.
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