En esta breve entrada, sin embargo, quiero destacar un aspecto crítico del lenguaje del chat que no se suele tomar en consideración pero que en mi parecer puede resultar problemático para los alumnos: los turnos de palabras.
He realizado un pequeño estudio sobre los turnos de palabras partiendo de un corpus de media hora de conversaciones en la sala España de LatinChat.com.
En un diálogo típico entre dos interlocutores A y B normalmente se intenta alternar los turnos de forma regular (A-B-A-B-A...). Sin embargo, si después algunos segundos que siguen una intervención de A no hay respuesta por parte de B la ausencia de texto se interpreta como un silencio y genera incertidumbre e impaciencia en el primer interlocutor. Éste puede suponer que B está preparando una intervención más larga de lo normal o que, como pasa a menudo, hay un ligero retraso debido a la sobrecarga de la red. Si este silencio persiste A puede volver a escribir su último mensaje o hacer preguntas como “estás ahí?” para averiguar si su interlocutor se ha alejado del ordenador.
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Si separamos y ordenamos los mensajes se pueden reconstruir fundamentalmente dos conversaciones:
Como se puede observar, en el primer caso los turnos de palabras siguen perfectamente un modelo A-B-A-B.
En conclusión, es muy difícil manejar correctamente los turnos de palabras en los chats, ya que se quiere imitar una conversación oral pero faltan muchos rasgos no verbales típicos del habla: miradas, señas de asentimiento, proxémica... Por eso cada silencio que dure más de alguna docena de segundos puede crear estorbos en la discusión. Creo que hay que considerar estos problemas a la hora de planear una actividad con el chat en el aula de ELE: con alumnos de nivel muy bajo lo mejor es, en mi opinión, que se cree un chat para hablar entre ellos con su propio ritmo. Con niveles un poco más altos, en cambio, se les pueden enseñar estrategias de comunicación: por ejemplo, si se quiere expresar una idea compleja, dividir la frase en pequeños trozos e ir posteando cada parte poco a poco, para que el interlocutor sepa que siguen allí y la comunicación sea más fluida.
La verdad es que lo que planteas en tu blog tiene mucho sentido. Sin embargo me gustaría explicarte una experiencia que tuve hace un par de años en la carrera mientras cursaba la asignatura de enseñanza de lenguas, donde abordábamos cuestiones como las nuevas tecnologías y el Aula. Un día, en lugar de realizar la clase según el modo convencional nos fuimos a un aula de informática y la realizamos mediante un chat privado habilitado en el moodle. La verdad es que fue una buena experiencia aunque al principio un poco caótica, todo hay que decirlo, que nos sirvió para ver que se pueden hacer actividades mediante estas herramientas pero siempre con un fin y con un trabajo previo que guíe al alumno, puesto que de otro modo éste se puede perder por el mundo virtual!!!!!
ResponderEliminarGracias Estela por compartir tu experiencia con nosotros!
ResponderEliminarLa verdad es que, como en muchas otras cosas de las TIC, el trabajo previo con los alumnos sirve mucho para gente como nosotros, y a lo mejor los "nativos virtuales" no lo necesitan.
Sin embargo, creo que siempre es útil la reflexión sobre el medio que se utiliza, cualquier sea.
Me parece muy interesante la entrada pero no estoy de acuerdo cuando comentas al final y dices que hay que considerar estos problemas a la hora de planear una actividad con el chat en el aula de ELE.
ResponderEliminarPrimero, creo que no hay que plantearlo como un problema. Los turnos en un chat son así y, por tanto, se deben describir como tales, y desarrollar las estrategias necesarias tanto a niveles altos como bajos para poder ser comunicativamente competente en ese contexto.
Evidentemente la preparación, el trabajo previo es fundamental y claro está, que el objetivo de la actividad sea significativo!!!